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México y el mundo.

En auge, cancelaciones de hipotecas con documentos bancarios y notariales falsos

Foto del escritor: RedacciónRedacción

“Perdí 200 mil pesos, me dolió mucho y me afectó en lo físico y emocional”, narra una víctima. En notarías y bancos ponen en marcha sistemas electrónicos para evitar más estafas



Marcos fue defraudado con 250 mil pesos, los cuales entregó como adelanto por un departamento cuya cancelación de hipoteca había sido inscrita ante el Registro Público de la Propiedad con documentos apócrifos.


Se trata de una estafa inmobiliaria en auge. Se han presentado casos en casi todas las entidades y se han falseado cartas de cancelación de créditos en la mayoría de las instituciones bancarias de nuestro país, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México (ABM).


En este modo de operación son burlados no sólo los bancos sino también notarios y Registros Públicos. Se suplantan nombres, firmas, documentación y protocolos de representantes o apoderados legales de todas las dependencias involucradas.


“El departamento aparecía en el Registro Público libre de gravamen, supuestamente la hipoteca ya había sido liquidada y eso me dio mucha confianza, por eso realicé el depósito”, cuenta Marcos, quien vive en el Estado de México.


“Durante el proceso conocí el nombre del banco que había otorgado el préstamo original. Como tenía un amigo que trabajaba ahí y, sólo por no dejar, le pedí checar que todo estuviera en orden, antes de realizar un segundo depósito. Me fui de espaldas cuando me dijo que en el banco la hipoteca seguía activa y con un saldo por pagar”.


Se encendieron en ese momento las alertas: en el banco se inició una investigación interna, tras la cual se descubrió que la carta de cancelación de la hipoteca emitida por la institución (primer paso para una liberación) era fraudulenta; se había suplantado la identidad y la rúbrica del apoderado legal. Con ese documento amañado se tramitó ante un notario público una escritura de cancelación (segundo paso), la cual fue inscrita ante el Registro Público de la Propiedad.


La víctima perdió contacto con el supuesto vendedor. Y todos los rastros telefónicos fueron borrados. Presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Edomex, pero después de varios meses no se ha tenido ningún avance.


“Sabía que te vendían propiedades inexistentes, que había estafadores que se hacían pasar como dueños de casas ajenas o que ofrecían remates cuando había embargos en proceso, pero desconocía que se pudieran falsificar documentos oficiales en todos los filtros de una compra-venta y que una hipoteca pudiera quedar borrada en el Registro Público”, refiere Marcos.


“Perdí 200 mil pesos, me dolió y me pesó mucho. Había trabajado duro para ahorrar y había sacrificado a mi familia en distintos momentos. Lo sucedido me afectó en lo físico y emocional. Terminé enfermo. He insistido ante las autoridades ministeriales, pero ha sido un callejón sin salida”.

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