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México y el mundo.

"Agua, queremos agua", claman habitantes del ejido Mayran ante el desabasto

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 28 may
  • 3 Min. de lectura

Las calles del ejido se ven secas, muchos tambos afuera de las casas y solo algunos están a medias.



Es la una de la tarde en el ejido Mayran, comunidad rural que se ubica en la parte baja de San Pedro, Coahuila, el sol es intenso y Doña Julia sale de su casa para ver si el comisionista del Simas se apiada y rebombea un poco de agua a su toma, de la que su manguera permanece colgada en un árbol seco, igual de sediento que la población del ejido.


Nada,  ni una gota y así ha estado por días, el desabasto de agua sigue y el problema para las familias se agrava porque el poco vital líquido que almacenan cuando les llega a dotar la pipa, se termina o se contamina por el largo tiempo que está en los tinacos y otros recipientes.


Señala la mujer ya de la tercera edad, que año con año y más en la temporada de calor, el desabasto de agua los vulnera, los vuelve locos, ya que se la rifan para cubrir sus necesidades básicas.


"Hay veces que la pipa dura más de un mes para darnos agua, y a través de la tubería, se supone que debería de salir cada tercer día, pero no es así, si acaso sale cada semana y lo que sale, es para llenar un mísero tambo pequeño", dice.


"No solo en mi casa falta el agua, es en todo el rancho, los que pueden, la compran, de hecho, el agua de la pipa también la reparten primero, a quienes pagan, o se me hace que a quienes les ordenan, a nosotros nos dejan al último, es puro negocio", afirma.

Dice que ella ya está grande y, aunque no son muchas personas en la casa,  les hace falta el agua, y ahora,  no la tienen  ni para lavar los platos.


Las calles del ejido se ven secas, muchos tambos afuera de las casas y solo algunos están a medias,  la mayoría están sin agua y los pobladores tienen que salir a buscarle haciendo un gasto extra, en gasolina y también quienes tienen alguna noria, cobran por el llenado, de igual manera los coyotes, quienes la consiguen y la revenden hasta en 200 pesos el viaje, dependiendo a qué distancia hay que llevarla.


Otros ejidos están igual o peor 


Nos adentramos en lo último de la parte baja del municipio, donde se ubican otros dos ejidos aledaños al ejido Mayran, Santa Rita y San Nicolás, dónde se ve lo mismo, tinacos al por mayor y la mayoría sin agua, allá es más difícil porque el sistema de tubería, está obsoleto, los pobladores, solo esperan que lleguen las pipas y les puedan dotar, ¿cuándo?, nadie sabe, solo esperan.


Hace 3 o 4 años, en el ejido Santa Rita se puso una purificadora por parte del municipio. Funcionó algún tiempo, pero solo para el consumo, luego dejó de funcionar debido a que ni siquiera hay agua que se pueda pasar por el proceso de purificación.


En el ejido San Nicolás, se puso un acueducto, un tubo conectado a una olla de cemento que ya estaba construida y que se llenaría con agua del canal de riego o de la lluvia. El proyecto no funcionó, ya que los canales de riego están secos y no ha llovido.


Así que la población de estos dos ejidos, está a expensas de que se les dote con pipas o con agua de noria, la cual solo sirve para cubrir algunas necesidades.


Si nos vamos a otras comunidades rurales en la parte alta del municipio, la situación empeora. Ejidos como San Ignadio, el Estribo, entre otros, frecuentemente se quejan ante el desabasto del vital líquido.


Mencionan a sus habitantes que se pasan hasta un mes sin agua y tienen que hacer el gasto extra para conseguirla, aparte del recibo que pagan en el Simas.


 
 
 

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